viernes, 15 de mayo de 2020

Preparándonos para Shavuot

Este año comienza el jueves 28 al atardecer hasta la tarde del sábado 30 de mayo.

Torá y Cabalá como el nombre de nuestro grupo, ambas deben ir juntas siempre ya que la Torá es el cuerpo, es la Ley y la cabalá es el Alma. 
Quienes aspiran a tener profundos conocimientos, han de estudiar la Ley de la Torá y su dimensión interior, ya que un cuerpo no puede vivir sin alma, ésta es enviada desde lo Alto para entrar al cuerpo en el misterio de la Vida. 
En Cabalá, la unión del cuerpo y del alma se llaman: Maasé Merkavá.

Pronto celebraremos la entrega de la Torá, pero antes es importante saber que la Torá fue entregada a través de 3 etapas: (Midrash 1,7)
1º A través del fuego
2º A través del agua
3º A través del desierto
¿Cómo fue esto?
A través del fuego, cuando Abraham en su temprana juventud tuvo que enfrentar el juicio de Nimrod que se auto proclamaba "un dios" por decir que había un solo D-os, y para probarlo, Nimrod le hizo entrar aen el fuego, prueba que él cumplió sin sufrir daño, cuando probaron entrar los hombres de Nimrod, se quemaron íntegramente. 
El Santo Bendito Sea, vio el corazón de Abraham, su auto entrega y auto sacrificio y desde ese momento eligió a su pueblo para ser luz ante todas las naciones.
A través del agua: Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, hubo de enfrentarse al mar que debían cruzar, y contrario a lo que vemos en tv, a través de las películas, el agua no se separó hasta que varios israelitas habían entrado al mar, cuando uno de ellos ya no podía respirar, se produjo el milagro de que el mar se separara y pudieran cruzar.
A través del desierto: El pueblo de Israel estaba en el desierto, una zona árida, sin embargo quiso demostrar que una vida sin Torá es como un desierto, sin frutos, sin satisfacciones, un mundo con Torá es recibir cada día enseñanzas y evolución.
Se dice que cuando el pueblo de Israel recibió la Torá, el desierto floreció, se llenó de verdor, así debe florecer nuestra vida con sus lecciones y enseñanzas. 
Los preceptos son como una vela y la Torá es la Luz
La Torá se asemeja al agua, lleva humildad donde pueda residir, el Monte Sinaí era el monte más bajo de los que habían en el desierto y fue el elegido para la entrega de la Torá.
Si nuestra vida es un desierto, podemos convertirlo en un jardín hermoso, démosle Torá a nuestra Alma, démosle Emuná, abramos nuestro corazón para recibir sus enseñanzas.

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