(Bereshit/Génesis 25:19 – 28:9
En el comienzo de la Parashá leemos:
“Estos son los descendientes de Isaac, hijo de Abraham;
Abraham engendró a Isaac” (Génesis/Bereshit 25:19)
¿Por qué no se cita directamente la
descendencia de Isaac?
En el caso de Noé se dice lo siguiente:
“Estas son las crónicas de Noé; Noé fue un
hombre justo, íntegro entre los de su generación, Noé anduvo con el Eterno” (Génesis/Bereshit
6:9)
El exégeta Rashi descubrió al comparar estos
casos, que en uno se habla de datos genealógicos y en el otro de buenas
acciones, enseña que lo principal, son las buenas acciones.
En el caso descrito, no habla de datos
genealógicos ni de buenas acciones, ya que las buenas acciones de Isaac se
debían a que Abraham engendró a Isaac, es decir Isaac reconoció haber tenido un
padre ejemplar, al cual le debía todo lo que él había conseguido en la vida. No
se atribuyó ningún mérito personal, considerando que todo lo logró porque
“Abraham engendró a Isaac.”
Isaac poseía un padre ejemplar y único,
considerado por él mismo así, del mismo modo Isaac era un hombre ejemplar,
quien además de realizar buenas acciones, sabía aceptar y reconocer. Podríamos
pensar que a Isaac le nacerían hijos ejemplares como él y su padre, sin embargo,
no fue así.
Isaac tenía 40 años cuando tomó por mujer a
Rebeca, e Isaac oró al Eterno ante su mujer porque ella era estéril, el Eterno
aceptó su plegaria y Rebeca concibió.
Los hijos contendían en sus entrañas y ella
consultó al Eterno, y el Eterno le dijo:
“Dos pueblos hay en tu vientre; dos naciones en
tus entrañas se separarán; el poder pasará de una nación a otra y la mayor
servirá a la menor”
El día del parto descubrieron que había
gemelos, el primero nació rojo y velludo al que llamaron Esaú/Esav (velludo) y
su hermano salió con la mano aferrada al talón de Esaú; y le llamaron Jacob
(talón), Isaac tenía 60 años en ese entonces.
Al crecer, se notó la diferencia entre los
hermanos, como está escrito:
“Los jóvenes crecieron y Esaú se hizo cazador,
hombre de campo; pero Jacob era un hombre íntegro que moraba en tiendas (Génesis/Bereshit
25:27)
El exégeta Rashi explicó en relación con este
versículo que, durante la infancia y niñez de los hermanos, no se notaba la
diferencia que había entre ellos por sus acciones, y las personas no distinguían
entre las características particulares de cada uno, fue cuando cumplieron los
13 años de edad que Jacob se apartó a las casas de estudio y Esaú se apartó al
culto idólatra.
Isaac como padre se sintió desorientado con
respecto a Esaú, pues veía que los actos de Esaú no estaban al nivel que
correspondía. Isaac temía ser demasiado severo con Esaú y pensaba: “Si sus
actos no son como deberían serlo y a pesar de que le he demostrado mi afecto,
cuanto más depravado sería si yo lo rechazara del todo y demostrara odio hacia
él”
Isaac tuvo esperanza que, con su amor y afecto,
atraería a Esaú para el servicio de Hashem.
Los sabios critican la actitud de Isaac por no
ser suficientemente severo con Esaú:
“Quien escatima el castigo, odia a su hijo,
pero quien lo ama, lo corrige desde temprano” (Mishley/Proverbios 13:24)
Quien es flexible en reprender a su hijo,
provocará que se aparte del camino correcto y a la larga lo odiará.
Resumen desde el libro: “La Torah explicada”
del Rabí Aharon Shlzinger
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