domingo, 21 de junio de 2020

Parashá Jukat (Estatutos)

Corresponde a Bamidbar / Números 19:1-22:1

Resumen:

Purificación a través de la vaca roja, ésta no debía tener más que un solo pelo negro, que nunca hubiera cargado nada para un humano y que no tuviera ningún defecto físico. La vaca era llevada fuera del santuario donde debía ser sacrificada e incinerada junto con una rama de madera de cedro, hisopo y un pedazo de lana roja teñida con la sangre de un gusano (simbolizando el nivel más alto y el más bajo de las especies del mundo animal y vegetal. Las cenizas eran mezcladas con agua de un manantial vivo (simbolizando que la Torá fluye como el agua) y luego eran rociadas sobre la persona impura o sobre la vasija impura en el 3º y 7º día, en ese momento la persona se purificaba.

Los sabios establecen un paralelo entre la Vaca Roja y el Becerro de Oro, ambos fueron quemados y mezclados con agua y los dos contaminaban espiritualmente a aquéllos que entraban en contacto con ellos, la analogía era que cuando un niño ensucia el palacio, su madre debe limpiarlo, así también, la Vaca roja (la madre) expía por el Becerro de Oro (el niño).

El pecado de Adam y Eva trajo la muerte al mundo, el pecado de Adam fue rectificado con la entrega de la Torá en el Sinaí, que hubiera permitido a los judíos vivir para siempre, sin embargo, el Becerro de Oro restituyó la mortalidad, la Vaca roja sirve para expiar por el Becerro y eliminar la impureza.

Fallecimiento de Miriam, la hermana de Moshé, Ella era quien localizaba los pozos de agua en el desierto, tras su muerte, el pueblo se queja de sed y D’s le indica a Moshé que hable a una roca y de ella saldrá agua.

El Talmud dice: El agua era por mérito de Miriam, el maná era por el mérito de Moshé y las Nubes de Gloria eran por el mérito de Aarón, de esta manera, el agua se secó al morir Miriam, y luego regresó por el mérito de Moshé y Aarón. Al morir Aarón, las Nubes se fueron y regresaron por el mérito de Moshé y cuando murió Moshé, cesaron los tres milagros.

El Gran error de Moshé: El hecho de que la Torá registre el error de Moshé, es una prueba de la autenticidad de la Torá, pues nadie escribiría un libro donde lo haga ver mal a sí mismo, los errores de estas grandes personas requieren de mucho estudio para entender exactamente lo que hicieron mal, para obtener una lección apropiada.

D’s dijo a Moshé que tomara su bastón, reuniera a toda la nación alrededor de la piedra y le hablara a la roca que en respuesta daría agua. Moshé eligió la roca incorrecta y el resultado fue que no pasó nada, el pueblo reclamó y Moshé se enojó. Entonces Moshé consultó con Aarón y decidieron que “tal vez” había que pegarle a la roca igual que la 1º vez y procedieron a pegarle a la roca correcta, sin embargo, de esta sólo salieron algunas gotas, Moshé le pegó una segunda vez y finalmente brotó el agua.

D’s se enojó con Moshé y Aarón porque “No creyeron en Mí para santificarme delante del pueblo” (Números 20:12) Su castigo fue que ellos mismos no entrarían en la tierra prometida.

Muerte de Aarón, Moshé le dio gentilmente la noticia a Aarón mientras lo conducía hacia la cima del monte Hor. Aarón aceptó el decreto de D’s con amor. Las santas prendas del Cohen Gadol fueron transferidas a su hijo Elazar, luego Moisés le indica acostarse, extender las extremidades, cerrar los ojos y la boca Aarón murió como si se quedara dormido, esto fue llamado: “el beso de la muerte” y Moshé pidió morir de la misma manera. El pueblo guarda 30 días de duelo.

La Serpiente de Cobre: Cuando los judíos nuevamente se quejaron por el maná, D’s decidió dejarles probar la vida normal en el desierto sin intervención Divina. Ellos fueron atacados por culebras y serpientes que mataron a muchos judíos. Los sabios hacen ver que las culebras no tienen papilas gustativas por lo que toda la comida les sabía igual. Cuando le preguntan a una culebra por qué muerde si no tiene ningún placer, ella responde: “¿Y qué placer físico recibe un calumniador?”. El castigo medida por medida por reclamar por el maná (cuyo sabor era lo que el consumidor quisiera) fue ser mordidos por culebras, para las que toda la comida sabe igual.

D’s manda a Moisés a hacer una serpiente de cobre en un mástil, quien la contemplara sería sanado.

Los sabios nos dicen que la serpiente de cobre se convirtió en un símbolo internacional de la medicina, lo cual nos deja muy claro que este parashá es una vacuna metafísica contra enfermedades.

Esta porción se refiere a los estatutos que estableció D’s sobre la manera de combatir los diferentes aspectos de muerte, estos estatutos son una especia de tratamientos médicos metafísicos, ya que toda manifestación de enfermedad en el cuerpo, tiene su origen en el mundo emocional.

El Zóhar explica que la devoción, la unidad y el amor es la frecuencia del flujo de la vida.

La historia de la vaca roja, la cual es referencia de la columna izquierda (el juicio) significa que cuando nos asentamos en el juicio, impregnamos al mundo de espíritus dañinos que traen la muerte en todos los aspectos de nuestra vida. El sumo sacerdote santifica a la vaca, la quema y mezcla la ceniza con el agua y eso es lo que cura la enfermedad. En realidad la Torá nos está explicando que son estos espíritus dañinos los que ocasionan enfermedades, sin embargo, la Torá nos habla de la quema de la Vaca roja, lo cual significa que para curar la enfermedad hay que quemar el juicio que es lo mismo que transmutar el egoísmo.

Para meditar durante la semana:

Es difícil entender que luego de todo lo que hizo Moshé, se quede sin llegar a la tierra prometida luego de no haber hablado a la roca y en su lugar haberla golpeado.

Solemos ser exigentes y tener altas expectativas hacia nuestros líderes y esperamos que ellos estén a la altura de sus cargos. Este parashá nos recuerda que ante todo, nuestros líderes son humanos y pueden equivocarse, dudar y en este caso, asumir las consecuencias sin excepción.

La Torá se caracteriza por mostrar sin censura los errores de sus personajes, los muestran con sus características humanas, tal vez para ajustar las expectativas sobre nosotros mismos. A veces nos exigimos estándares de excelencia y nos cuesta asumirnos imperfectos, este parashá nos alivia, si Moshé se equivocó, nosotros también.

 

Esta semana podemos observarnos y/o meditar ¿Qué tipo de exigencias nos ponemos a nosotros mismos, tal vez más allá de lo razonable?

Si pudieras relajar alguna exigencia que te sueles poner a ti mismo, ¿cuál sería y por qué?

Para quienes somos padres/madres: Revisemos si estamos poniendo demasiadas exigencias y expectativas en nuestros hijos, en sus estudios, disciplina, relación entre hermanos y amigos, proyectos de futuro…

Cuidemos el equilibrio entre exigirles y a la vez mostrarles que hay espacio para la equivocación como parte del aprendizaje.

Feliz y Bendecida Semana

 


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