Corresponde a Bamidbar / Números 19:1-22:1
Resumen:
Purificación
a través de la vaca roja, ésta no debía tener más que un solo pelo
negro, que nunca hubiera cargado nada para un humano y que no tuviera ningún
defecto físico. La vaca era llevada fuera del santuario donde debía ser
sacrificada e incinerada junto con una rama de madera de cedro, hisopo y un
pedazo de lana roja teñida con la sangre de un gusano (simbolizando el nivel
más alto y el más bajo de las especies del mundo animal y vegetal. Las cenizas
eran mezcladas con agua de un manantial vivo (simbolizando que la Torá fluye
como el agua) y luego eran rociadas sobre la persona impura o sobre la vasija
impura en el 3º y 7º día, en ese momento la persona se purificaba.
Los sabios establecen un
paralelo entre la Vaca Roja y el Becerro de Oro, ambos fueron quemados y
mezclados con agua y los dos contaminaban espiritualmente a aquéllos que
entraban en contacto con ellos, la analogía era que cuando un niño ensucia el
palacio, su madre debe limpiarlo, así también, la Vaca roja (la madre) expía
por el Becerro de Oro (el niño).
El pecado de Adam y Eva trajo
la muerte al mundo, el pecado de Adam fue rectificado con la entrega de la Torá
en el Sinaí, que hubiera permitido a los judíos vivir para siempre, sin embargo,
el Becerro de Oro restituyó la mortalidad, la Vaca roja sirve para expiar por
el Becerro y eliminar la impureza.
Fallecimiento
de Miriam, la hermana de Moshé, Ella era quien localizaba los pozos
de agua en el desierto, tras su muerte, el pueblo se queja de sed y D’s le
indica a Moshé que hable a una roca y de ella saldrá agua.
El Talmud dice: El agua era
por mérito de Miriam, el maná era por el mérito de Moshé y las Nubes de Gloria
eran por el mérito de Aarón, de esta manera, el agua se secó al morir Miriam, y
luego regresó por el mérito de Moshé y Aarón. Al morir Aarón, las Nubes se
fueron y regresaron por el mérito de Moshé y cuando murió Moshé, cesaron los
tres milagros.
El
Gran error de Moshé: El hecho de que la Torá registre el error de
Moshé, es una prueba de la autenticidad de la Torá, pues nadie escribiría un
libro donde lo haga ver mal a sí mismo, los errores de estas grandes personas
requieren de mucho estudio para entender exactamente lo que hicieron mal, para
obtener una lección apropiada.
D’s dijo a Moshé que tomara su
bastón, reuniera a toda la nación alrededor de la piedra y le hablara a la roca
que en respuesta daría agua. Moshé eligió la roca incorrecta y el resultado fue
que no pasó nada, el pueblo reclamó y Moshé se enojó. Entonces Moshé consultó
con Aarón y decidieron que “tal vez” había que pegarle a la roca igual que la 1º
vez y procedieron a pegarle a la roca correcta, sin embargo, de esta sólo salieron
algunas gotas, Moshé le pegó una segunda vez y finalmente brotó el agua.
D’s se enojó con Moshé y Aarón
porque “No creyeron en Mí para santificarme delante del pueblo” (Números 20:12)
Su castigo fue que ellos mismos no entrarían en la tierra prometida.
Muerte
de Aarón, Moshé le dio gentilmente la noticia a Aarón mientras lo
conducía hacia la cima del monte Hor. Aarón aceptó el decreto de D’s con amor. Las
santas prendas del Cohen Gadol fueron transferidas a su hijo Elazar, luego Moisés
le indica acostarse, extender las extremidades, cerrar los ojos y la boca Aarón
murió como si se quedara dormido, esto fue llamado: “el beso de la muerte” y Moshé
pidió morir de la misma manera. El pueblo guarda 30 días de duelo.
La
Serpiente de Cobre: Cuando los judíos nuevamente se quejaron por el
maná, D’s decidió dejarles probar la vida normal en el desierto sin intervención
Divina. Ellos fueron atacados por culebras y serpientes que mataron a muchos
judíos. Los sabios hacen ver que las culebras no tienen papilas gustativas por
lo que toda la comida les sabía igual. Cuando le preguntan a una culebra por
qué muerde si no tiene ningún placer, ella responde: “¿Y qué placer físico
recibe un calumniador?”. El castigo medida por medida por reclamar por el maná
(cuyo sabor era lo que el consumidor quisiera) fue ser mordidos por culebras,
para las que toda la comida sabe igual.
D’s manda a Moisés a hacer una
serpiente de cobre en un mástil, quien la contemplara sería sanado.
Los sabios nos dicen que la
serpiente de cobre se convirtió en un símbolo internacional de la medicina, lo
cual nos deja muy claro que este parashá es una vacuna metafísica contra
enfermedades.
Esta porción se refiere a los
estatutos que estableció D’s sobre la manera de combatir los diferentes aspectos
de muerte, estos estatutos son una especia de tratamientos médicos metafísicos,
ya que toda manifestación de enfermedad en el cuerpo, tiene su origen en el
mundo emocional.
El Zóhar explica que la devoción,
la unidad y el amor es la frecuencia del flujo de la vida.
La historia de la vaca roja,
la cual es referencia de la columna izquierda (el juicio) significa que cuando
nos asentamos en el juicio, impregnamos al mundo de espíritus dañinos que traen
la muerte en todos los aspectos de nuestra vida. El sumo sacerdote santifica a
la vaca, la quema y mezcla la ceniza con el agua y eso es lo que cura la
enfermedad. En realidad la Torá nos está explicando que son estos espíritus dañinos
los que ocasionan enfermedades, sin embargo, la Torá nos habla de la quema de
la Vaca roja, lo cual significa que para curar la enfermedad hay que quemar el
juicio que es lo mismo que transmutar el egoísmo.
Para
meditar durante la semana:
Es difícil entender que luego
de todo lo que hizo Moshé, se quede sin llegar a la tierra prometida luego de
no haber hablado a la roca y en su lugar haberla golpeado.
Solemos ser exigentes y tener
altas expectativas hacia nuestros líderes y esperamos que ellos estén a la
altura de sus cargos. Este parashá nos recuerda que ante todo, nuestros líderes
son humanos y pueden equivocarse, dudar y en este caso, asumir las
consecuencias sin excepción.
La Torá se caracteriza por
mostrar sin censura los errores de sus personajes, los muestran con sus características
humanas, tal vez para ajustar las expectativas sobre nosotros mismos. A veces
nos exigimos estándares de excelencia y nos cuesta asumirnos imperfectos, este
parashá nos alivia, si Moshé se equivocó, nosotros también.
Esta semana podemos
observarnos y/o meditar ¿Qué tipo de exigencias nos ponemos a nosotros mismos,
tal vez más allá de lo razonable?
Si pudieras relajar alguna
exigencia que te sueles poner a ti mismo, ¿cuál sería y por qué?
Para quienes somos
padres/madres: Revisemos si estamos poniendo demasiadas exigencias y expectativas
en nuestros hijos, en sus estudios, disciplina, relación entre hermanos y
amigos, proyectos de futuro…
Cuidemos el equilibrio entre
exigirles y a la vez mostrarles que hay espacio para la equivocación como parte
del aprendizaje.
Feliz y Bendecida Semana
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