miércoles, 5 de agosto de 2020

Conexiones desde la Kabalá

Las conexiones son luces que vienen envueltas en una klipá (la klipá es como una cortina que oculta la luz), igual como se oculta la sabiduría en la kabalá, entonces cruzamos estas barreras al practicar día a día estas conexiones, y se vuelve una práctica altamente satisfactoria y fácil de hacer.

A través de la práctica absorbemos Ruaj que es el nivel de alma que está suspendido por encima de la materia, es uno de los componentes del cuerpo espiritual, por eso el deseo de conectarnos con lo Divino se llama “Trabajo Espiritual”. La dimensión espiritual está dirigida por una inteligencia superior y ésta no permite que desciende a nuestro cuerpo físico hasta estar seguro que esto no va a contaminarlo, por eso el nivel de Ruaj se va ganando en la medida que nos purificamos.

 

Las Bendiciones de la mañana son a diario, es una luz retornante con la que podemos conectar cada día para fortalecer nuestra alma.

 

Todas las conexiones en hebreo se hacen con una técnica llamada “escaneo”. La Torá es un libro de códigos y letras hebreas que son como los códigos de barra que guarda la información contenida ahí. Para poder escanear, debemos mantener derecha nuestra cabeza y mover sólo nuestra mirada pasando la pupila de derecha a izquierda sobre las letras hebreas. La pupila de los ojos es la que va a servir de lector láser que descarga la información contenida en cada letra hebrea, aún cuando intelectualmente no comprendamos el hebreo.

Cuando arrastramos la pupila de los ojos de derecha a izquierda, estamos empujando la energía del hemisferio derecho del cerebro para que impregne el izquierdo, que es con el que más nos desenvolvemos. En ese momento logramos la unificación del cerebro, que es la única manera de producir cambios en nuestro sistema de creencias y de patrones de conducta.

En el cerebro circula líquido cefalorraquídeo que constituye parte de nuestra agua interna, elemento altamente magnético que se impregna de una información que se descarga luego del escaneo de las letras hebreas, y que circula por la columna vertebral, descargando información en nuestro sistema nervioso, por esa razón al escanear las letras hebreas meditando en su información y valor, se logran sanar dolores y producir cambios en nuestra manera de ver la vida.

Otro aspecto importante es el sonido, podemos leer en voz alta o escuchar la lectura, pues los oídos son Binah, que en hebreo significa entendimiento. El sonido hebreo tiene la particularidad de que destapa la comprensión, no me refiero propiamente a entender lo que dice la lectura, esta lengua produce un ensanchamiento en nuestra capacidad neuronal, permitiéndonos despertar áreas dormidas o flojas de nuestro cerebro. En general no vemos más allá de nuestras narices, pero cuando comenzamos a escuchar la lectura de la Tora cada sábado o a hacer las oraciones matutinas, se nos amplía el panorama o la visión periférica. Entonces lo que no comprendíamos antes sobre nuestra vida, de pronto se nos hace claro. 

 

Esta técnica kabalista que tiene más de 2000 años de antigüedad, es la base de la programación neurolingüistica, la kinesiología y tantas otras técnicas que utilizan la pupila de los ojos para activar ondas cerebrales, por ejemplo, para facilitar o inducir el estado alfa que nos facilita la conexión en la meditación, nos sentamos y sin mover la cabeza elevamos la pupila de los ojos al techo, y sólo entonces cerramos los ojos para iniciar la meditación que queremos hacer, este mismo movimiento nos facilita recordar los sueños, es decir, si antes de abrir los ojos en la mañana, llevamos las pupilas como si tratáramos de mirar a nuestra frente y luego abrimos los ojos, la información que recibió nuestra alma mientras dormíamos recibe luz y entonces si está en la ley, puede pasar a ser consciente, es decir podemos recordar el sueño y el recibir el mensaje recibido.

No es fácil de hacer, necesitamos ejercitar y hacer consciente dicha práctica, y nuestros reflejos al despertarnos parecieran estar conectados a un piloto automático, pero la kabalá es reeducación y práctica, ¡a practicar!, 

 

(Continuará)


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