martes, 15 de septiembre de 2020

El Enigma de la Luz

Al principio del Génesis encontramos lo siguiente:

“En el comienzo creó Dios a los Cielos y a la Tierra. Y la tierra estaba informe y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: ¡Sea luz! Y fue luz. Dios vio que la luz era buena y separó la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz día y a las tinieblas llamó noche; y fue tarde, y fue mañana, un día”

En el cuarto día de la creación está escrito lo siguiente: “Dijo Dios: Sean luminarias en el firmamento de los Cielos para que separen el día de la noche y sean por señales y para las fiestas, y para los días y los años y sean luminarias en el firmamento de los Cielos para que iluminen sobre la tierra y así fue. Y Dios hizo a las dos grandes luminarias, a la luminaria mayor para que señoree en el día y a la luminaria menor para que señoree de noche y a las estrellas. Y así fue dispuesto, Dios puso las luminarias en el firmamento de los Cielos para iluminar sobre la tierra y separar la luz de la oscuridad; y Dios vio que era bueno. Y fue tarde, y fue mañana, cuarto día” (Génesis 1:14-19)

Si comparamos lo que leemos del primer día con el cuarto día, nos damos cuenta que la luz del primer día, no era igual a la luz del cuarto día, en este caso, proveniente de los astros del firmamento ¿y esto por qué? Porque no es posible que ilumine de día después de haber sido creado el Sol, ya que, en ese caso, la luz del primer día suprimiría la luz del Sol, de la misma forma, la luz del primer día, no puede iluminar de noche, pues no fue creada sino para iluminar durante el día. Aquí ya nos damos cuenta que se trata de dos tipos de luz y cuando fue creada la luz del sol, la luz primordial (la del primer día) fue ocultada para que no anule a la luz solar.

Entonces ¿Qué sucedió con la luz del primer día?

Los sabios revelaron que esa luz fue guardada en el Jardín del Edén y está preparada para los justos, quienes la podrán disfrutar en el mundo venidero y está dicho: “La luz de la luna será como la luz del Sol; y la luz del sol, ¡será siete veces mayor con relación a la luz de los siete días! (Isaías 30:26) (Midrash Raba Bereshit 3:6)

Reflexión basada en el libro: La Torah Explicada del Rabino: Aharón Schlezinger.

No hay comentarios:

Publicar un comentario